Recopilación por: Mario Sotelo -
Decía la folclorista Carmen Granados, en su popular personaje de "Rafela", que cuando Dios creó a América, fue repartiendo fincas, por orden de llegada, a los interesados. Llegaron primero los brasileños y agarraron una gran tajada, luego los argentinos y les fue bien en el sur. A los mexicanos les dió una rica finca, en el norte. Tatica Dios le dio a los chilenos una larga tira del nuevo continente.
También hacían fila en la ventanilla celestial de repartición, los canadienses, gringos, colombianos, guatemaltecos, peruanos. A todos Dios les fue dando su finquita para que la cuidaran, la pusieran a producir y vivieran en ella en paz y en armonía con los vecinos.
Estaba Tatica a punto de cerrar la ventanilla porque ya había atendido a todos y repartido todo el territorio del gran edén. Pero de pronto llegaron jadeando, corriendo, sudando, muy agitados los ticos, muy tarde, como siempre.
Casi no podían hablar porque tenían la garganta seca por el carrerón. Los ticos dijeron a Tatica que llegaron tarde por las presas y que venían por su finca, como todos los demás. Tatica los miró, guardó silencio, y muy reflexivo les indicó, que ya todo estaba repartido, que eso les pasaba por impuntuales.
Los ticos rogaron una y otra vez, que no era justo quedarse sin nada, que no tenían tierra propia dónde vivir. Entonces Tatica Dios sintió lástima y expresó: voy a hacer una excepción con ustedes para que aprendan la lección.
Yo repartí las fincas desde el norte hasta el sur, pero en el centro de América dejé para mí la mejor finca, pequeña pero hermosa, tiene de todo, es un edén. Pensaba dejármela como quinta de veraneo porque dirigir el cielo no es fácil y en ocasiones necesito descansar en este mundo terrenal. Y es lo único que queda, mi quinta favorita, entonces se las daré a ustedes, ticos, con la condición de que se esmeren en cuidarla, ya que iba a ser mi lugar de ensueño para liberar el estrés.
Se llama Costa Rica, y no hay otra igual, porque el tamaño no importa. Y aunque llegaron de últimos por las presas y no aprender a madrugar, al final daré a los ticos la mejor parte, Costa Rica, que sería la quinta para que la gente del cielo viniera a vacacionar.
Desde entonces los ticos tenemos esta bendición de país llamado Costa Rica, con un territorio de 51.100 KM2 y una enorme extensión de área marina, tanto en el Océano Pacífico como en el Mar Caribe.
Tatica consideró que no podía ser injusto y dejar a los ticos sin nada, aún cuando no son puntuales y están acostumbrados a correr a última hora, con excusas de todo tipo. Así se originó la bella e incomparable nación de Costa Rica, en el mero centro de América, donde todo queda cerca. Por fin Tatica Dios cerró la ventanilla de repartición de fincas en el Nuevo Mundo.
RELATO DE CARMEN GRANADOS --"Rafela"-- FINAL DE LOS AÑOS 7O.